Memòria obligatòria
Tant pels camins de l’estudi (‘Summa Teològica’ i ‘Contra els Gentils’) com pels de la pregària, el dominic Tomàs d’Aquino (1225-1274) –també anomenat Doctor Angèlic, o Doctor Comú, o Doctor de la Humanitat- s’endinsà en el coneixement de la Sagrada Escriptura centrant en Déu la pròpia identitat: ‘Doneu-me, Senyor, un enteniment que us conegui; un zel que us cerqui; una saviesa que us trobi; una constància que es recolzi confiadament en Vós; una confiança que us arribi’.
Oració col·lecta
Oh Déu, Vós féreu admirable Sant Tomàs d’Aquino en l’anhel de santedat i en l’afany per la ciència sagrada. Concediu-nos d’aprofitar els seus ensenyaments i d’imitar les seves obres.
Pots consultar les lectures d'avui a lectures.missa.app.
El sábado 16 de diciembre de 1944 Hitler inició su última jugada en los bosques nevados de las Ardenas. Su intención era realizar un ataque por sorpresa que, avanzando hacia Amberes, dividiese los ejércitos aliados e hiciese posible infligirles una severa derrota: un nuevo Dunquerque que cambiase el curso de una guerra que había llegado a una situación angustiosa, con los ejércitos soviéticos avanzando en suelo alemán. El ataque, en el que intervendrían dos ejércitos blindados, se complementaba con la actuación en la retaguardia de un comando de soldados alemanes, con uniformes y vehículos norteamericanos. Como hiciera en Stalingrado, Beevor consigue aquí combinar una visión épica de la que fue la mayor batalla de la guerra en el frente occidental una batalla librada en condiciones extremas, que llegó a implicar a un millón de hombres y en la que los dos bandos cometieron crímenes brutales con una aproximación directa al heroísmo, el miedo y el sufrimiento de los seres humanos.
-Pot rebre-ho demà*
*Si està disponible.
*Comandes peninsulars abans de 17:00h.
Enviament gratuït*
*Comandes +50€ (Només Península i Illes Balears)
Durant l'estat d'alarma no es realitzen enviaments a Amèrica del Sud ni Amèrica Central.
-O pot recollir-lo a la botiga.
El sábado 16 de diciembre de 1944 Hitler inició su última jugada en los bosques nevados de las Ardenas. Su intención era realizar un ataque por sorpresa que, avanzando hacia Amberes, dividiese los ejércitos aliados e hiciese posible infligirles una severa derrota: un nuevo Dunquerque que cambiase el curso de una guerra que había llegado a una situación angustiosa, con los ejércitos soviéticos avanzando en suelo alemán. El ataque, en el que intervendrían dos ejércitos blindados, se complementaba con la actuación en la retaguardia de un comando de soldados alemanes, con uniformes y vehículos norteamericanos. Como hiciera en Stalingrado, Beevor consigue aquí combinar una visión épica de la que fue la mayor batalla de la guerra en el frente occidental una batalla librada en condiciones extremas, que llegó a implicar a un millón de hombres y en la que los dos bandos cometieron crímenes brutales con una aproximación directa al heroísmo, el miedo y el sufrimiento de los seres humanos.