Festa
Camí de Damasc, el fariseu Saule de Tars descobreix que Jesús Ressuscitat s’identifica amb els cristians que ell persegueix. Tota la seva vida li queda marcada: ‘Ja no sóc jo qui visc; és Crist qui viu en mi’ (Ga 2,20a). ‘Perquè per a mi, viure és Crist, i morir m’és un guany’ (Fl 1,21). ‘L’amor del Crist ens empeny’ (2Co 5,14a). ‘Sigueu imitadors meus, com jo ho sóc de Crist’ (1Co 11,1). Amb molt d’encert, l’any 1908 s’inicià la Setmana de Pregària per la Unitat dels Cristians, que des d’aleshores se celebra cada any del 18 al 25 de gener.
Oració col·lecta
Oh Déu, Vós que heu evangelitzat tot el món amb la predicació de l’Apòstol Sant Pau, feu que els qui avui celebrem la seva Conversió, imitant el seu exemple, siguem en el món testimonis de la vostra veritat.
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«Por lo alto de las montañas, cerca de los bosques, vivía una manada de caballos salvajes. El jefe de todos ellos se llamaba Yar y era sabio y fuerte, con la crin blanca y relampagueantes ojos negros. Yar tenía varios hijos entre la manada, y todos ellos eran muy respetados por los demás caballos, yeguas, potros y potrancas. Pues de entre ellos había de nacer el nuevo jefe que un día les gobernaría. El más pequeño de los hijos de Yar nació una noche de luna redonda y amarilla.»Pero, en seguida, Yar dijo que algo pasaba con aquel potrillo, que la luna parecía vagar por sus ojos, que podía ver la locura en ellos. Y, así, empezaron a llamarlo Caballito Loco, y todos se fueron apartando de él hasta que se quedó solo. Entonces, conoció a un niño tan solitario como él y, pese a las recomendaciones de su madre, sólo pudo pensar en que quería ser su amigo.
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«Por lo alto de las montañas, cerca de los bosques, vivía una manada de caballos salvajes. El jefe de todos ellos se llamaba Yar y era sabio y fuerte, con la crin blanca y relampagueantes ojos negros. Yar tenía varios hijos entre la manada, y todos ellos eran muy respetados por los demás caballos, yeguas, potros y potrancas. Pues de entre ellos había de nacer el nuevo jefe que un día les gobernaría. El más pequeño de los hijos de Yar nació una noche de luna redonda y amarilla.»Pero, en seguida, Yar dijo que algo pasaba con aquel potrillo, que la luna parecía vagar por sus ojos, que podía ver la locura en ellos. Y, así, empezaron a llamarlo Caballito Loco, y todos se fueron apartando de él hasta que se quedó solo. Entonces, conoció a un niño tan solitario como él y, pese a las recomendaciones de su madre, sólo pudo pensar en que quería ser su amigo.