Va ser un papa tolerant amb els que havien renegat de la fe en les persecucions (s. III).
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En el transcurso de estas últimas séis o siete décadas se ha generado un giro radical en el seno de nuestras culturas: el Dios «oficial» dado por supuesto se ha transformado en un Dios extraño, lejano, distante y, para mucha gente, incluso inexistente, como si se tratase del deus otiosus de algunas tradicionos de África.
¿Quiere decir eso que Dios ha dejado de tener presencia y eficacia en la vida personal y pública de las personas al margen de las cualificaciones que, a menudo, como enormes losas insoportables, se han cargado sobre Él, y que ya no suscita el interés de las sociedades del siglo actual?
Lluís Duch se enfrenta en esta obra al exilio de Dios de nuestras sociedades de hoy en día consciente del egoísmo o la ingenuidad que supone el hecho de creer que Dios solo se hace presente, actúa y se muestra como salvador con el concurso de los explícitos legal y culturalmente sancionados de nuestra religión y de nuestros códigos éticos.
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En el transcurso de estas últimas séis o siete décadas se ha generado un giro radical en el seno de nuestras culturas: el Dios «oficial» dado por supuesto se ha transformado en un Dios extraño, lejano, distante y, para mucha gente, incluso inexistente, como si se tratase del deus otiosus de algunas tradicionos de África.
¿Quiere decir eso que Dios ha dejado de tener presencia y eficacia en la vida personal y pública de las personas al margen de las cualificaciones que, a menudo, como enormes losas insoportables, se han cargado sobre Él, y que ya no suscita el interés de las sociedades del siglo actual?
Lluís Duch se enfrenta en esta obra al exilio de Dios de nuestras sociedades de hoy en día consciente del egoísmo o la ingenuidad que supone el hecho de creer que Dios solo se hace presente, actúa y se muestra como salvador con el concurso de los explícitos legal y culturalmente sancionados de nuestra religión y de nuestros códigos éticos.