Bona mare i esposa, té temps d’ocupar-se dels malalts abandonats amb d’altres amigues (†1440).
Avui també celebrem Sant Pacià: Bisbe de Barcelona: va haver de refer la vida després de les persecucions (s. IV).
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A veces la vida cotidiana nos invita a la profundidad: a acceder al interior de nosotros mismos y al interior de la vida.
Efectivamente, muchas vivencias que 'nos pasan' en el día a día también 'se nos pasan': se olvidan, no dejan huella. Pero otras no, porque dejan dentro un signo vivo: algo cálido y pequeño que resiste al olvido y se agita dentro de nosotros en forma de alegría o de tristeza persistentes. Esta agitación va retornando de vez en cuando, urgiéndonos a tomar cartas en el asunto.
En el caso de algunas de estas vivencias persistentes, tomar cartas en el asunto se ha concretado en conectarlas, describirlas con otras vivencias, buscar palabras de otros para nombrarlas. Es así como con lentitud los signos vivos crecen, renovando nuestras relaciones con las personas, con el mundo y con la Realidad última, el Misterio de todo lo que vivimos. La vivencia persistente se convierte en signo de una Presencia escondida en la existencia.
Esta obra es un compendio de signos de una Presencia, instrumentos de mística diaria. Cada escueto capítulo comienza con una vivencia, sigue con una meditación que busca conexiones con otras vivencias, en un tercer instante se relacionan citas de tradiciones humanistas o religiosas, y se cierra con preguntas.
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A veces la vida cotidiana nos invita a la profundidad: a acceder al interior de nosotros mismos y al interior de la vida.
Efectivamente, muchas vivencias que 'nos pasan' en el día a día también 'se nos pasan': se olvidan, no dejan huella. Pero otras no, porque dejan dentro un signo vivo: algo cálido y pequeño que resiste al olvido y se agita dentro de nosotros en forma de alegría o de tristeza persistentes. Esta agitación va retornando de vez en cuando, urgiéndonos a tomar cartas en el asunto.
En el caso de algunas de estas vivencias persistentes, tomar cartas en el asunto se ha concretado en conectarlas, describirlas con otras vivencias, buscar palabras de otros para nombrarlas. Es así como con lentitud los signos vivos crecen, renovando nuestras relaciones con las personas, con el mundo y con la Realidad última, el Misterio de todo lo que vivimos. La vivencia persistente se convierte en signo de una Presencia escondida en la existencia.
Esta obra es un compendio de signos de una Presencia, instrumentos de mística diaria. Cada escueto capítulo comienza con una vivencia, sigue con una meditación que busca conexiones con otras vivencias, en un tercer instante se relacionan citas de tradiciones humanistas o religiosas, y se cierra con preguntas.