Memoria obligatoria
Tanto por caminos del estudio (‘Summa Teológica’ y ‘Contra los Gentiles’) como por la oración, el dominico Tomás de Aquino (1225-1274) –conocido también como el Doctor Angélico, o el Doctor Común, o el Doctor de la Humanidad- se introdujo en el conocimiento de la Sagrada Escritura centrando en Dios la propia identidad: ‘Dame, Señor, un entendimiento que te conozca; un celo que te busque; una sabiduría que te encuentre; una constancia que se apuntale confiadamente en Ti; una confianza que te alcance’.
Oración colecta
Oh Dios, que hiciste de Santo Tomás de Aquino un varón preclaro por su anhelo de santidad y por su dedicación a las ciencias sagradas; concédenos entender lo que él enseñó e imitar el ejemplo que nos dejó en su vida.
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En este libro que, muy probablemente, Christopher Hitchens nació para escribir, el provocador autor de libros tan incisivos se dirige y alienta a futuras generaciones de radicales, inconformistas, rebeldes, disidentes y, en resumen, hombres y mujeres airados. ¿Quién mejor que Hitchens, con su larga trayectoria de discrepante profundo y ameno, para hablar con aquellos disidentes que se alzan apasionadamente contra el perezoso consenso? Este libro explora la gama completa de «posiciones opuestas» e invoca a mentores que van desde Zola a Vaclav Havel. Referencias que tienen en común una postura moral respecto a una sociedad que no es como podría ser. Hitchens deplora las carencias de pensamiento dialéctico en la sociedad contemporánea y la desaparición de la auténtica ironía, la sátira y otras variantes del estilo crítico. Subraya la importancia de discrepar tanto para la integridad personal como para el debate informado, el auténtico progreso y, finalmente, la propia democracia.
Como afirma Hitchens: «Oponerse a algo no es ser nihilista. Y no hay un modo decente ni establecido de ganarse la vida de esta forma. Es algo que eres y no algo que haces.» Un libro cuyo faro son Cartas a un joven poeta de Rilke y que persigue la misma fecunda emulación.
«Me han preguntado si deseo designar a un sucesor, un heredero, un delfín. Y he decidido nombrar a Christopher Hitchens» (Gore Vidal).
«Ya pueden ponerse a temblar todos aquellos a quienes Christopher Hitchens apunta» (Susan Sontag).
«La prosa de Christopher Hitchens tiene ímpetu y puntería. Es certero cuando otros se contentan con ser aplicados, imprevisible cuando la tendencia es recurrir al tópico. En suma, muy brillante» (Edward W. Said).
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En este libro que, muy probablemente, Christopher Hitchens nació para escribir, el provocador autor de libros tan incisivos se dirige y alienta a futuras generaciones de radicales, inconformistas, rebeldes, disidentes y, en resumen, hombres y mujeres airados. ¿Quién mejor que Hitchens, con su larga trayectoria de discrepante profundo y ameno, para hablar con aquellos disidentes que se alzan apasionadamente contra el perezoso consenso? Este libro explora la gama completa de «posiciones opuestas» e invoca a mentores que van desde Zola a Vaclav Havel. Referencias que tienen en común una postura moral respecto a una sociedad que no es como podría ser. Hitchens deplora las carencias de pensamiento dialéctico en la sociedad contemporánea y la desaparición de la auténtica ironía, la sátira y otras variantes del estilo crítico. Subraya la importancia de discrepar tanto para la integridad personal como para el debate informado, el auténtico progreso y, finalmente, la propia democracia.
Como afirma Hitchens: «Oponerse a algo no es ser nihilista. Y no hay un modo decente ni establecido de ganarse la vida de esta forma. Es algo que eres y no algo que haces.» Un libro cuyo faro son Cartas a un joven poeta de Rilke y que persigue la misma fecunda emulación.
«Me han preguntado si deseo designar a un sucesor, un heredero, un delfín. Y he decidido nombrar a Christopher Hitchens» (Gore Vidal).
«Ya pueden ponerse a temblar todos aquellos a quienes Christopher Hitchens apunta» (Susan Sontag).
«La prosa de Christopher Hitchens tiene ímpetu y puntería. Es certero cuando otros se contentan con ser aplicados, imprevisible cuando la tendencia es recurrir al tópico. En suma, muy brillante» (Edward W. Said).