Memoria obligatoria
Nacido en Toledo (607), recibió una brillante formación, y siendo abad del monasterio de Agalí (Toledo) y obispo de Toledo (657), empleó sus esfuerzos en acercar la Biblia y la doctrina de la tradición patrística al pueblo: ‘El que se entrega de lleno a meditar la Escritura, indaga la sabiduría de sus predecesores y estudia las profecías, examina las explicaciones de autores famosos y penetra por parábolas intrincadas el misterio de proverbios y enigmas. Muchos alabarán su inteligencia, y su fama vivirá por generaciones’.
Oración colecta
Dios todopoderoso, que hiciste a San Ildefonso insigne defensor de la virginidad de María; concede a los que creemos en este privilegio de la Madre de tu Hijo, sentirnos amparados por su poderosa y materna intercesión.
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Afirmó Descartes: “Pienso, luego existo”. Y Jean Paul Sartre y Albert Camus: “Existo, luego pienso”. Por mi parte, humildemente puedo expresar: “Creo, amo, espero, ¡luego existo!”. O, mejor aún, “existo… ¡para creer, amar y esperar!...”.
El contenido de este libro puede considerarse continuidad y complemento de otro publicado en esta misma editorial: “Déjate sorprender por tu Dios y por los hermanos. El arte de vivir como resucitados”. Tiene su origen en el monasterio benedictino de En Calcat (Francia). Más tarde, en un mes de ejercicios espirituales en Roma, para finalizar en una rica y fecunda experiencia pastoral en Bogotá (Colombia).
De lo experimentado, por gracia, con profundo y sincero agradecimiento, hablan estas páginas” (Raúl Berzosa).
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Afirmó Descartes: “Pienso, luego existo”. Y Jean Paul Sartre y Albert Camus: “Existo, luego pienso”. Por mi parte, humildemente puedo expresar: “Creo, amo, espero, ¡luego existo!”. O, mejor aún, “existo… ¡para creer, amar y esperar!...”.
El contenido de este libro puede considerarse continuidad y complemento de otro publicado en esta misma editorial: “Déjate sorprender por tu Dios y por los hermanos. El arte de vivir como resucitados”. Tiene su origen en el monasterio benedictino de En Calcat (Francia). Más tarde, en un mes de ejercicios espirituales en Roma, para finalizar en una rica y fecunda experiencia pastoral en Bogotá (Colombia).
De lo experimentado, por gracia, con profundo y sincero agradecimiento, hablan estas páginas” (Raúl Berzosa).