Memoria obligatoria
Francisco de Sales (1567-1612), obispo de Ginebra, fue sobre todo un pastor que destacó por su humanismo religioso: ‘en cualquier situación en que nos encontremos, podemos y tenemos que aspirar a la vida perfecta’ (‘Introducción a la vida devota’). Con Juana de Chantal fundó la Orden de la Visitación. Es patrón de los periodistas.
Oración colecta
Señor, Dios nuestro, Tú has querido que el Santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos.
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Cuatro por cuatro arranca con la historia de un grupo de chicas, lideradas por Celia, que se han fugado de un colegio pero que son atrapadas y devueltas a la institución. El colegio del que huían, el Wybrany College, es un internado completamente incomunicado del exterior y destinado a los hijos de familias acomodadas, los únicos que pueden aspirar a salvarse de un mundo en descomposición en el que la vida en la ciudad se ha hecho imposible. Pero el Wybrany College también acoge a los llamados «especiales», chicos becados cuyos padres trabajan al servicio del proyecto. Las relaciones entre ambos grupos y entre ellos, los profesores y los miembros de la Dirección -el Sr. J., la Culo o el Guía- internarán al lector en un microcosmos dominado por la manipulación y el aislamiento. Con una narrativa fragmentaria, indirecta y muy depurada, la primera parte de la novela es una suerte de enigma cuyo sentido se completará más adelante.
En la segunda parte de la obra la perspectiva cambia con la irrupción de Isidro Bedragare, un profesor sustituto que va recogiendo en un diario su particular visión de los hechos que ocurren en el extraño internado, y que a su vez también esconde un secreto.
Narrada con un peculiar estilo que juega con la insinuación y las zonas de sombra, el lector irá descubriendo en la novela un universo literario autosuficiente, inquietante y enigmático, definido por unas normas propias que apelan a las relaciones de poder entre los distintos personajes y una violencia sórdida, latente, siempre a punto de estallar.
Con esta excelente novela, Sara Mesa ahonda en la construcción de un espacio literario propio, siempre en los límites de la realidad, con personajes marcados por la desolación y la impotencia, el humor soterrado y un sutil poso crítico. Cuatro por cuatro es, en realidad, un canto a la libertad mediante la mostración de su reverso: la opresión, el aislamiento y el miedo al exterior generan monstruos.
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Cuatro por cuatro arranca con la historia de un grupo de chicas, lideradas por Celia, que se han fugado de un colegio pero que son atrapadas y devueltas a la institución. El colegio del que huían, el Wybrany College, es un internado completamente incomunicado del exterior y destinado a los hijos de familias acomodadas, los únicos que pueden aspirar a salvarse de un mundo en descomposición en el que la vida en la ciudad se ha hecho imposible. Pero el Wybrany College también acoge a los llamados «especiales», chicos becados cuyos padres trabajan al servicio del proyecto. Las relaciones entre ambos grupos y entre ellos, los profesores y los miembros de la Dirección -el Sr. J., la Culo o el Guía- internarán al lector en un microcosmos dominado por la manipulación y el aislamiento. Con una narrativa fragmentaria, indirecta y muy depurada, la primera parte de la novela es una suerte de enigma cuyo sentido se completará más adelante.
En la segunda parte de la obra la perspectiva cambia con la irrupción de Isidro Bedragare, un profesor sustituto que va recogiendo en un diario su particular visión de los hechos que ocurren en el extraño internado, y que a su vez también esconde un secreto.
Narrada con un peculiar estilo que juega con la insinuación y las zonas de sombra, el lector irá descubriendo en la novela un universo literario autosuficiente, inquietante y enigmático, definido por unas normas propias que apelan a las relaciones de poder entre los distintos personajes y una violencia sórdida, latente, siempre a punto de estallar.
Con esta excelente novela, Sara Mesa ahonda en la construcción de un espacio literario propio, siempre en los límites de la realidad, con personajes marcados por la desolación y la impotencia, el humor soterrado y un sutil poso crítico. Cuatro por cuatro es, en realidad, un canto a la libertad mediante la mostración de su reverso: la opresión, el aislamiento y el miedo al exterior generan monstruos.