Rey de Dinamarca, justo y piadoso, fue asesinado (1086) por los descontentos con el tributo que había impuesto para obras caritativas.
Puedes consultar las lecturas de hoy en lecturas.misa.app.
El perro de Harold Nivenson ha muerto. Sin él, sin los paseos que Harold se obligaba a dar, éste se encierra en su hogar, una casa que empieza a desmoronarse. A la pérdida de su perro se une la de su amigo y rival intelectual, Peter Meinenger.
Con una carrera artística que nunca despegó y finalizada, Harold se encuentra solo, sin ataduras y sin ganas de vivir.
Reflexiona sobre su carrera como pintor menor, coleccionista, crítico y mecenas para dar sentido a una vida regida por las dudas constantes. Esa reflexión, que empieza con el rechazo a un tipo de arte y un gran resentimiento hacia su familia y entorno, deja paso a un sentimiento de paz espiritual cuando sale de la sombra del pasado y encuentra una razón para vivir, cada día, en el «ahora». Y así, la amnistía llega como segunda oportunidad para apreciar, durante el tiempo que le queda, el hecho de que la vida (el arte) no se basa en hacerlo bien. A veces, las piezas que faltan sólo pueden encontrarse en nuestros errores y en las ruinas que éstos provocan.
-Recíbalo mañana*
*Si está disponible.
*Pedidos peninsulares antes de las 17:00h.
Envío gratuito*
*Pedidos +50€ (Sólo Península y Baleares)
Durante el estado de alarma en España no se realizan envíos a Suramérica ni Centroamérica.
-O puede recogerlo en la tienda.
El perro de Harold Nivenson ha muerto. Sin él, sin los paseos que Harold se obligaba a dar, éste se encierra en su hogar, una casa que empieza a desmoronarse. A la pérdida de su perro se une la de su amigo y rival intelectual, Peter Meinenger.
Con una carrera artística que nunca despegó y finalizada, Harold se encuentra solo, sin ataduras y sin ganas de vivir.
Reflexiona sobre su carrera como pintor menor, coleccionista, crítico y mecenas para dar sentido a una vida regida por las dudas constantes. Esa reflexión, que empieza con el rechazo a un tipo de arte y un gran resentimiento hacia su familia y entorno, deja paso a un sentimiento de paz espiritual cuando sale de la sombra del pasado y encuentra una razón para vivir, cada día, en el «ahora». Y así, la amnistía llega como segunda oportunidad para apreciar, durante el tiempo que le queda, el hecho de que la vida (el arte) no se basa en hacerlo bien. A veces, las piezas que faltan sólo pueden encontrarse en nuestros errores y en las ruinas que éstos provocan.