Patrona de los enfermos crónicos que quieren aprovechar su larga enfermedad para pagar sus pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. El decreto de Roma al declararla santa dice de ella que fue "un prodigio de sufrimiento humano y de paciencia heroica".
Si a las miserias que nuestra “civilización” ha venido cultivando (una violencia omnipresente; un terrorismo insano que desafía los fundamentos más básicos de la humanidad; una injusticia sangrante; desigualdades, opresiones, discriminaciones e intolerancias de todo tipo...), se añade la destrucción del medio ambiente y de las especies vivas acaecida en las últimas décadas, el panorama resulta verdaderamente desolador y refleja la aterradora capacidad destructiva y auto-destructiva de la especie humana. Va a depender de nuestra sensibilidad para constatar y comprender la crisis, de nuestra delicadeza para afrontarla y de nuestra determinación para superarla, la posibilidad de establecer un nuevo modo de convivencia entre todos los seres. Ello significa una verdadera revolución, basada en un humanismo radical que construya las bases de un mundo más fraterno, más espiritualizado y más amoroso. Una revolución que responda a la crisis haciendo que florezca en el yermo un nuevo pacto planetario que dé lugar a un nuevo paradigma de civilización y a una humanidad unificada dentro de la Casa Común: el planeta Tierra.
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Si a las miserias que nuestra “civilización” ha venido cultivando (una violencia omnipresente; un terrorismo insano que desafía los fundamentos más básicos de la humanidad; una injusticia sangrante; desigualdades, opresiones, discriminaciones e intolerancias de todo tipo...), se añade la destrucción del medio ambiente y de las especies vivas acaecida en las últimas décadas, el panorama resulta verdaderamente desolador y refleja la aterradora capacidad destructiva y auto-destructiva de la especie humana. Va a depender de nuestra sensibilidad para constatar y comprender la crisis, de nuestra delicadeza para afrontarla y de nuestra determinación para superarla, la posibilidad de establecer un nuevo modo de convivencia entre todos los seres. Ello significa una verdadera revolución, basada en un humanismo radical que construya las bases de un mundo más fraterno, más espiritualizado y más amoroso. Una revolución que responda a la crisis haciendo que florezca en el yermo un nuevo pacto planetario que dé lugar a un nuevo paradigma de civilización y a una humanidad unificada dentro de la Casa Común: el planeta Tierra.