Patrona de los enfermos crónicos que quieren aprovechar su larga enfermedad para pagar sus pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. El decreto de Roma al declararla santa dice de ella que fue "un prodigio de sufrimiento humano y de paciencia heroica".
Excluidos, segregados, doblemente extraños, los llamados marranos —judíos conversos de los reinos cristianos de la península ibérica— inauguran la modernidad con su yo dividido y su ambivalencia. Víctimas de la violencia política y de la intolerancia religiosa, no asimilables a pesar de su bautizo forzado, los marranos ya no eran judíos, pero tampoco cristianos: devinieron «el otro del otro». Éste es el punto de partida de Di Cesare para ofrecer una reflexión filosófica en torno a la identidad, la introspección psicoanalítica, la dimensión política y el nacimiento de la era moderna.
El marrano es una figura clave para comprender el conflicto irresoluto en el que se debate toda existencia. Desde la mística de Teresa de Ávila hasta el concepto de libertad de Baruch Spinoza, los conversos fueron los precursores de los grandes marranos de la razón que transformaron radicalmente el pensamiento elevando a categoría filosófica su oposición a toda forma de Inquisición.
Disidentes por necesidad, supervivientes gracias a la clandestinidad, a la resistencia de la memoria y a mantener en secreto el recuerdo, los marranos no se pueden dar por extinguidos. Su historia no ha terminado.
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Excluidos, segregados, doblemente extraños, los llamados marranos —judíos conversos de los reinos cristianos de la península ibérica— inauguran la modernidad con su yo dividido y su ambivalencia. Víctimas de la violencia política y de la intolerancia religiosa, no asimilables a pesar de su bautizo forzado, los marranos ya no eran judíos, pero tampoco cristianos: devinieron «el otro del otro». Éste es el punto de partida de Di Cesare para ofrecer una reflexión filosófica en torno a la identidad, la introspección psicoanalítica, la dimensión política y el nacimiento de la era moderna.
El marrano es una figura clave para comprender el conflicto irresoluto en el que se debate toda existencia. Desde la mística de Teresa de Ávila hasta el concepto de libertad de Baruch Spinoza, los conversos fueron los precursores de los grandes marranos de la razón que transformaron radicalmente el pensamiento elevando a categoría filosófica su oposición a toda forma de Inquisición.
Disidentes por necesidad, supervivientes gracias a la clandestinidad, a la resistencia de la memoria y a mantener en secreto el recuerdo, los marranos no se pueden dar por extinguidos. Su historia no ha terminado.