Arzobispo de Canterbury (1093). Dos veces exiliado. Doctor de la Iglesia (1720).
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Veinte ensayos para analizar el presente con brevedad, pero a fondo. Porque, en muchas ocasiones, los grandes temas se esconden en las pequeñas cuestiones. El autor indaga en los motivos que llevan a las personas a coleccionar cosas, reflexiona acerca de cómo se crean las naciones o cuan racionales son las decisiones económicas o se pregunta sobre la verdadera importancia del sexo en estas cápsulas
ensayísticas. «Textos pequeños sobre temas gigantes: eso no tiene nada de nuevo, existe desde hace quinientos años −nos advierte Enzensberger en las páginas de Panóptico−. Fue el gran patriarca del ensayo, Michel de Montaigne, quien dio la pauta escribiendo "De la tristeza", "De la incomodidad de la grandeza" o "De los caníbales", siempre a impulsos de su estado de ánimo, a golpe de ocurrencias y sin agotarse a sí mismo ni al lector ni la materia.»
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Veinte ensayos para analizar el presente con brevedad, pero a fondo. Porque, en muchas ocasiones, los grandes temas se esconden en las pequeñas cuestiones. El autor indaga en los motivos que llevan a las personas a coleccionar cosas, reflexiona acerca de cómo se crean las naciones o cuan racionales son las decisiones económicas o se pregunta sobre la verdadera importancia del sexo en estas cápsulas
ensayísticas. «Textos pequeños sobre temas gigantes: eso no tiene nada de nuevo, existe desde hace quinientos años −nos advierte Enzensberger en las páginas de Panóptico−. Fue el gran patriarca del ensayo, Michel de Montaigne, quien dio la pauta escribiendo "De la tristeza", "De la incomodidad de la grandeza" o "De los caníbales", siempre a impulsos de su estado de ánimo, a golpe de ocurrencias y sin agotarse a sí mismo ni al lector ni la materia.»