Memoria libre
Es uno de los más famosos mártires de Roma de la tradición occidental (siglo III). Figura entre los protectores de la ciudad. La Vida, muy legendaria, le hace ciudadano de Narbona y educado en Milán. La iconografía le representa atado a un tronco, desnudo, y con el cuerpo atravesado por numerosas saetas. Su sepulcro en la Vía Apia ad Catacumbas, fue muy pronto venerado. Es el patrono de la Ciudad de Mallorca.
Oración colecta
Te rogamos, Señor, nos concedas el espíritu de fortaleza para que, alentados por el ejemplo glorioso de tu mártir San Sebastián, aprendamos a someternos a Ti antes que a los hombres.
Hoy también celebramos San Fabiano: Mártir en Roma. El Papa Fabiano (236-250) durante la persecución de Decio.
Puedes consultar las lecturas de hoy en lecturas.misa.app.
Hace tiempo que dejamos de tener fe en la idea de que las personas podríamos lograr la felicidad humana en un estado futuro ideal, un estado que Tomás Moro, cinco siglos antes, vinculó a un topos, un lugar fijo, un Estado soberano gobernado por un líder sabio y benévolo. Pero, aunque hayamos perdido la fe en las utopías de todo tipo, lo que no ha desaparecido es la aspiración humana que hizo que esa imagen resultara tan sugestiva. De hecho, está resurgiendo nuevamente como una imagen centrada, no en el futuro, sino en el pasado: no en un futuro por hacer, sino en un pasado abandonado y redivivo que podríamos denominar retrotopía.
Fiel al espíritu utópico, la retrotopía es el deseo de rectificación de los defectos de la actual condición humana, aunque, en este caso, resucitando los malogrados y olvidados potenciales del pasado. Son los aspectos imaginados de ese pasado reales o presuntos los que sirven actualmente de principales puntos de referencia a la hora de trazar el camino hacia un mundo mejor.
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Hace tiempo que dejamos de tener fe en la idea de que las personas podríamos lograr la felicidad humana en un estado futuro ideal, un estado que Tomás Moro, cinco siglos antes, vinculó a un topos, un lugar fijo, un Estado soberano gobernado por un líder sabio y benévolo. Pero, aunque hayamos perdido la fe en las utopías de todo tipo, lo que no ha desaparecido es la aspiración humana que hizo que esa imagen resultara tan sugestiva. De hecho, está resurgiendo nuevamente como una imagen centrada, no en el futuro, sino en el pasado: no en un futuro por hacer, sino en un pasado abandonado y redivivo que podríamos denominar retrotopía.
Fiel al espíritu utópico, la retrotopía es el deseo de rectificación de los defectos de la actual condición humana, aunque, en este caso, resucitando los malogrados y olvidados potenciales del pasado. Son los aspectos imaginados de ese pasado reales o presuntos los que sirven actualmente de principales puntos de referencia a la hora de trazar el camino hacia un mundo mejor.