Fue un papa tolerante con los que habían renegado de la fe en las persecuciones (s. III).
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Cuando nos encotramos malheridos física o mentalmente, acostumbra a resultar complejo reconocer y aceptar que nos ayuden, y confiar en quien nos la ofrece. Si no reconocemos nuestros males, nos arriesgamos a vivir con ellos como si no fueran cierts. En este libro se nos muetra un medio para nuestra sanación, invitándonos a aproximarnos a Dios con todo lo que somos, con nuestras heridas, para adentrarnos en una dinámica de conversión del corazón y curación interior. Partiendo del relato evangélico de los discípulos de Emaús, se muestran cinco pasos obligatorios para sanar el corazón: reconocer nuestro padecimiento; dejarnos ayudar; creer en la fuerza sanadora de la Palabra; madurar hasta la independencia y dejarse acariciar por el poder curativo de Dios para renacer a la vida. Este camino es como un fuego que purifica, como un bálsamo que alivia y sana, como el amanecer de una nueva vida que trae esperanza, dicha y paz.
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Cuando nos encotramos malheridos física o mentalmente, acostumbra a resultar complejo reconocer y aceptar que nos ayuden, y confiar en quien nos la ofrece. Si no reconocemos nuestros males, nos arriesgamos a vivir con ellos como si no fueran cierts. En este libro se nos muetra un medio para nuestra sanación, invitándonos a aproximarnos a Dios con todo lo que somos, con nuestras heridas, para adentrarnos en una dinámica de conversión del corazón y curación interior. Partiendo del relato evangélico de los discípulos de Emaús, se muestran cinco pasos obligatorios para sanar el corazón: reconocer nuestro padecimiento; dejarnos ayudar; creer en la fuerza sanadora de la Palabra; madurar hasta la independencia y dejarse acariciar por el poder curativo de Dios para renacer a la vida. Este camino es como un fuego que purifica, como un bálsamo que alivia y sana, como el amanecer de una nueva vida que trae esperanza, dicha y paz.