FRAY PEDRO MÁRTIR SANS JORDÁ, OP. (BAI DUOLU – ???) OBISPO DE MAURICASTRO VICARI (3 VOLUMENES)

LAS MISIONES DOMINICAS EN CHINA

Volumen I
Obra dedicada al Obispo Pedro Mártir Sans Jordá (1680-1747). De Ascó (Tarragona), ingresa en la Orden de Predicadores en su convento de Lérida:Y tras su ordenación sacerdotal y un breve período en el zaragozano de San ildefonso, se incorpora a la Provincia del Santísimo Rosario de su misma Congregación, en sus misiones de Filipinas y China. En 1715 se instala en las Misión de Fu’an (provincia de Fujian), en un imperio de peculiar configuración política, social, económica, cultural y religiosa. Aunque reacio a la influencia occidental , la Iglesia Católica consigue establecer allí una cierta organización eclesiástica. Sans desarrolla su actividad religiosa y pastoral, siendo nombrado vicario apostólico de Fujian con la administración apostólica de Jiangxi y Zhejiang (1730). Una de sus propiedades es la ordenación del clero nativo, aún en contra del criterio de la Iglesia y de las Órdenes misioneras.Y esto en el contexto de un conflicto permanente en el s. XVIII entorno a la conocida querella de los ritos: tras la inicial tolerancia de ciertas prácticas religiosas nativas ancentrales, la Iglesia las prohíbe por considerarlas contrarias a la doctrina católica. Ello tiene graves consecuencias, hasta la persecución de 1746 que lleva a la muerte, y el destierro y muerte de fieles hombres y mujeres de su Misión.

Volumen II
Arrestados Sans, sus compañeros y otros fantos fieles de la Misión de Fujian, todos son sometidos a tormentos y a sucesivos juicios que concluye en la Audiencia del virrey de Fujian en Fuzhou, capital de la provincia, en 1747. El obispo y sus compañeros son condenados a muerte: El primero degollado, mientras los demás han de esperar más de un año para morir por asfixia. Los laicos son condenados a diversas penas; de entre ellos, uno lo es a muerte (conmutada por prisión), y cuatro sufren destierro. La ejecución de los religiosos se celebra con solemnidad en Roma y en Filipinas, con la publicación de una relación de la persecución sufrida y la muerte de Sans (escrita por su sucesor, Mn.Francisco serrano, desde la cárcel), y el inicio de su causa de beatificación.Un proceso que tras su suspensión a finales del s. XVIII, se reemprende un siglo después y culmina en 1893 con su declaraciónn de martirio y santidad. La Misión dominica sobrevive con muy escasos recursos, aún con másreligiosos nativos. Ya en el s. XX la Iglesia proclama su tolerancia hacia los antiguos ritos prohibidos, y nombra los primeros obispos chinos. Pero el conflicto religioso vuelve a recrudecerse con el nuevo régimen político, instaurado por el Estado comunista. A pesar de las difíciles circunstancias en las que vive la comunidad católica china, el año 2000, Sans y sus compañeros fueron canonizados.

Volumen III
La obra se complementa con numerosos apéndices documentales, en su mayoría inéditos. Entre otros, destacan diversas cartas de Sans a distitnos destinatarios; pero especialmente importantes son: su Catecismo dirigido a sus fieles de Fujian; su pastoral y su epístola, dictadas para el cumplimiento de las bulas pontificias que prohibían la práctica de los llamados ‘ritos chinos’; y el expediente judicial seguido contra Sans i el resto de religiosos y laicos detenidos y juzgados (traducido del idioma chino al castellano). Igualmente se refieren las numerosas fuentes primarias archivísticas e impresas, así como las bibliográficas consultadas. Y por último se acompañan diversos anexos con fotografías, mapas e imágenes que complementan el conjunto de este libro dedicado a Pedro Mártir Sans Jordá y la Misión dominicana en China.