PEREGRINO DE LOYOLA, EL

«Escribir acerca de san Ignacio de Loyola para el público en general algo realmente fundamentado no es sencillo. Las fuentes son tan abundantes que se precisa una lectura muy amplia para poder estar suficientemente convencido de lo que se afirma. El autor de esta edición comentada de la Autobiografía del santo de Loyola demuestra tener esa gran lectura de biografías del autor de la Autobiografía y de estudios acerca de él y sobre el libro que comenta. Esta obra nace del amor y devoción de Pablo hacia san Ignacio y de la convicción de lo que ha de ser un santo canonizado en la vida de la Iglesia: ejemplo e intercesión. Ayuda para la vida mejor de los fieles de cada época y civilización. En consecuencia, no ha deseado contentarse con explicar párrafo por párrafo el contenido de la Autobiografía para hacer más entendible al hombre actual el lenguaje y los hechos narrados en un libro del siglo XVI. Eso lo ha logrado. Se ha centrado en un tema que muchos consideramos vital en nuestro tiempo: la necesidad del discernimiento espiritual. Es su estilo: vivaz, casi provocativo. Pero pienso que la riqueza de su pensamiento y de su formación ignaciana, su amplia erudición, hará pensar acerca de algunos puntos todavía a los ya estudiosos de espiritualidad ignaciana» (Del Prólogo de Manuel Ruiz Jurado, sj).