ANA LA BARQUERA

Un pequeño sabio al que llaman Panocha va al embarcadero en busca de una barca. Ana se ofrece a llevarlo. El niño salta a la embarcación con todos sus enseres. Ya en el agua, el pequeño le explica a Ana las bondades de la ciencia, riéndose un poco de sus preguntas y tachándola de ignorante, puesto que Ana no sabe porqué sale el Arco-iris. Cuando más fanfarrón está el chico, cae al agua de repente, y a punto está de ahogarse, pues no sabe nadar. Ana, buena nadadora, lo salva y lo lleva a la orilla. Cuando se despiden, Ana ve en la mirada de Panocha algo más de humildad que cuando lo conoció.